Todos los años, a fines de septiembre y principios de octubre, miles de creyentes de distintas edades, costumbres y provincias de distintos puntos del país, se movilizan desde Liniers hasta la Basílica de Luján .

Las “paradas obligatorias” son: Morón, Merlo, La Reja y General Rodríguez. Entre estas últimas dos, los más cansados frenan en Moreno. En esos puntos los peregrinos se detienen a hidratarse, comer algún alimento con azúcar o sal, cambiar de medias por unas secas (para evitar la formación de ampollas) y darse fuerzas para seguir en lo que resta del camino.

Aunque la distancia en los mapas marca 61 kilómetros , los pasos de los caminantes pueden variar según las necesidades y las situaciones que se presenten en el momento. Hay quienes transitan la jornada con parroquias o gr

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