El 3 de octubre, fecha en la que Ninawa Daher hubiera cumplido 46 años, Palermo fue escenario de un gesto sencillo y contundente: vincular la estrella amarilla colocada en 2024 en el Rosedal—símbolo de memoria por las víctimas de siniestros viales— con el jacarandá plantado en su nombre a pocos metros. La intervención artística sobre los tutores del árbol convirtió ese tramo de vereda en un punto de encuentro donde la memoria se hace presente y el legado se proyecta hacia adelante: construir un mundo mejor a partir de un dolor transformado.
La escena tuvo un anclaje claro: tender un puente . Unir la marca del asfalto con el árbol vivo, fue más que una composición estética; fue una forma de coser dos huellas de la Ciudad para que el mensaje perdure. Ese espíritu quedó expresado d