El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha dimitido esta mañana. Lecornu presentó la renuncia ante el presidente galo, Emmanuel Macron, que la aceptó, solo un día después de anunciar la formación de su gobierno, y tras menos de un mes en el cargo. Ambos se habían reunido durante una hora en el palacio del Elíseo, según la BFMTV.

Lecornu debía presentar el martes su programa de gobierno en la asamblea. La oposición había ya amagado con presentar una moción de censura exprés por la composición continuista del Ejecutivo.

El efímero primer ministro se había mostrado dispuesto a suavizar las medidas de austeridad anunciadas por su predecesor, François Bayrou, rechazadas unánimemente por la oposición. Aunque sin renunciar a la reducción de la deuda y el déficit públicos; la incógnita radicaba en si Lecornu será capaz de encontrar un compromiso aceptable entre macronistas y socialistas. El sábado, el primer secretario del PS, Olivier Faure, aseguraba en  una entrevista en  Le Parisien : “Nos dirigimos directamente hacia una censura si la situación no cambia”. La duda se ha resuelto velozmente en sentido negativo.

La presión se dirige ahora directamente sobre Macron. La líder de La Francia Insumisa en la Asamblea de la República, Mathilde Panot, ha publicado un mensaje en X en el que señala que “Macron debe marcharse” y que la “cuenta atrás ha comenzado”.