A diecisiete años de su puesta en marcha, el sistema de justicia penal acusatorio en México continúa lejos de consolidarse. Así lo considera el jurista y académico Camilo Constantino Rivera, quien participó como asesor parlamentario en la reforma constitucional de 2008, origen de este modelo.
Señaló que la reforma fue ambiciosa, concebida como un instrumento para fortalecer la justicia alternativa, la mediación y la reparación del daño. Sin embargo, el sistema terminó centrado en la persecución y la investigación, dejando de lado su espíritu conciliador.
En conversación con El Heraldo, Rivera recordó que en los primeros años coexistieron hasta 16 códigos procesales estatales, lo que generó confusión y desorden en la aplicación del nuevo modelo. Aunque la implementación total se decretó e