Chile es el epicentro del fútbol joven. Desde el 27 de septiembre, Santiago, Valparaíso, Rancagua y Talca son las sedes del Mundial Sub 20. La Roja, dirigida por Nicolás Córdova, se instaló en octavos de final tras una dramática definición. Ahora viene la fase decisiva. Sin embargo, la expectativa que despierta la cita convive con una realidad que marca la previa: la ausencia de varias de las máximas figuras juveniles del planeta.
La explicación está en la normativa. Al no tratarse de una fecha FIFA del calendario adulto, los clubes no están obligados a liberar a sus futbolistas. Así, las federaciones se ven limitadas a negociar con equipos que, conscientes del valor económico y deportivo de sus joyas, optan por retenerlas. El resultado es un Mundial de vitrina recortada: muchos nombres d