Un recorrido por distintas estaciones del Sistema Integrado de Transporte Masivo, MÍO, permitió recoger opiniones de estudiantes, trabajadores, comerciantes, pensionados y usuarios ocasionales. El resultado es un panorama complejo: el MÍO es visto al mismo tiempo como necesario y valioso, pero también como lento, caluroso y, en algunos casos, indiferente frente a sus usuarios.
Un sistema necesario, pero que exige sacrificios
Para muchos estudiantes, salir de su casa dos horas antes de que inicie la clase es el precio que hay que pagar para llegar a tiempo.
Estefanía Ortiz, estudiante de Nutrición y Dietética de la Javeriana, lo resume así: “Me parece que es un medio muy eficaz para transportarse en la ciudad porque tiene sus carriles exclusivos. El problema radica en que hay buses que