Hoy el miedo se ha vuelto un tema constante, y esa percepción de peligro, aun cuando los indicadores varíen, sigue marcando nuestra cotidianidad. ¿Por qué persiste esta sensación, incluso cuando existen esfuerzos por mejorar la situación? Esa es la pregunta. La respuesta no es sencilla, pues intervienen muchos factores. En buena medida, la percepción de inseguridad no depende sólo de los datos oficiales, sino de la experiencia cotidiana del riesgo.

En Morelos, las noticias sobre hechos violentos o delitos se difunden con rapidez y, en ocasiones, sin verificación. Aunque algunas zonas viven con más calma, los rumores y la desinformación se multiplican fácilmente, generando una sensación de alerta constante. La violencia simbólica —la que se instala en la mente— puede llegar a ser tan pesad

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