Desde que el 23 de septiembre pasado, detrás del escenario de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, Donald Trump y Lula da Silva se saludaran cálidamente, y en su discurso el republicano elogiara al presidente de Brasil y sugiriera un primer encuentro entre ambos, las miradas se redirigieron a los empresarios con intereses en los Estados Unidos.

Y todos los caminos condujeron al empresario Joesley Batista, uno de los propietarios del gigante de la carne JBS . Batista es considerado el facilitador de ese encuentro de 39 segundos que se dio detrás del escenario de la Asamblea, cuando Lula da Silva terminó de dar su discurso -históricamente los presidentes de Brasil abren la Asamblea- y Trump se predisponía a dar el suyo.

Siguió el estado de buena química entre ambos

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