La formación de Ione Belarra ha sido muy crítica con el decreto del Gobierno, pero no aclara si facilitará que se termine aprobando en el Congreso este martes
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El Gobierno llega, una semana más, sin los apoyos atados para sacar sus medidas en el Congreso. El embargo de armas a Israel que aprobó el Consejo de Ministros depende de los cuatro diputados de Podemos. 175 votos a favor y 171 en contra a la espera de que el partido de Ione Belarra decida. Si rechazan el texto, la votación empatará y decaerá si las tablas se repiten tres veces, pero basta con una abstención para que el texto quede convalidado. El tono de la formación es cada vez más duro, pero en el Ejecutivo confían en que termine facilitando su aprobación.
La votación llega en un contexto de ignición social contra el Estado de Israel. Después de las protestas contra La Vuelta, este fin de semana las calles de las principales ciudades de España se llenaron de manifestantes que clamaron por el fin del genocidio. La presión ciudadana ha coincidido este fin de semana con la detención por las fuerzas armadas israelíes de la Global Sumud Flotilla, la expedición de activistas de varios países del mundo, entre ellos varios españoles, que intentaron sin éxito llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha tratado de ir respondiendo al creciente clamor social contra Israel. Lo hizo cuando impulsó el reconocimiento del Estado de Palestina y también hace dos semanas con la aprobación de este embargo, que establece un marco legal para la prohibición de las exportaciones e importaciones de material militar al país que lidera Benjamín Netanyahu. El texto contiene una serie de medidas que, no obstante, las organizaciones propalestinas ven insuficiente.
Además de la prohibición de exportar e importar armas, el decreto establece la denegación de las solicitudes de autorización de tránsito con destino a Israel de armamento y combustibles que puedan tener un uso final militar, pero no establece protocolos de inspección para evitar escalas de barcos que participan en rutas de suministro de armamento a Israel. También reserva algunas excepciones cuando se alegue un “menoscabo para los intereses generales nacionales”.
Estos aspectos son los que han llevado a organizaciones como la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) a criticar la iniciativa como un gesto meramente “simbólico”. En un comunicado, esta plataforma censura esas excepciones de interés general, también critica la ausencia de protocolos de inspección para los barcos y aviones que hagan tránsito en España con material militar hacia Israel y denuncia que no afecte “a los contratos adjudicados a la industria militar israelí o sus filiales”. “Tampoco se prohíbe que las empresas israelíes contraten con la administración pública española”, se quejan. El investigador del Centre Delàs de estudios por la paz Eduardo Melero también criticó el decreto en un artículo reciente por considerarlo “un colador”.
Podemos ha usado argumentos parecidos para criticar el texto desde que el Gobierno lo aprobó en Consejo de Ministros, el 23 de septiembre. Fuentes del partido hablan de un embargo 'fake', falso, que según entienden no sirve para acabar “con la compra y el tránsito de armamento a Israel”.
Tras analizar el texto, el partido morado considera que estamos ante un “engaño” del Gobierno y ante un “auténtico coladero para mantener la complicidad y las relaciones con los genocidas”, trasladaron fuentes del partido de Ione Belarra, que desde entonces han ido subiendo el tono contra el decreto, aunque en ningún momento hasta ahora ha querido aclarar qué votarán finalmente este martes.
El partido señala las “numerosas omisiones y excepciones” de la norma, también critica, como la RESCOP, que no impida el comercio con las filiales y señala las excepciones contempladas cuando los contratos afecten al “interés general” del país, “lo que permite autorizar cualquier operación de forma completamente arbitraria, como ya venía sucediendo”.
“Nosotros lo que exigimos y demandamos al Gobierno es que escuche a la ciudadanía, hemos visto un auténtico clamor con miles de personas saliendo a las calles, exigiendo la ruptura de relaciones y demandando un embargo real y efectivo”, insistió este lunes el portavoz y secretario de Organización del partido, Pablo Fernández, en la reunión posterior a la Ejecutiva. “Queremos un embargo real y efectivo, que no tenga ningún subterfugio, que no tenga agujeros y que impida el tránsito por nuestro país de buques con armas para Israel”.
Podemos, en cualquier caso, no ha querido hasta ahora desvelar el sentido de su voto, ni siquiera después de que Junts confirmara la semana pasada que votaría a favor. Esquerra Republicana, que también mostró sus dudas durante los últimos días, confirmó este lunes que avalaría la medida. “En principio lo avalaremos. La sensación que tenemos es que vamos tarde, pero más vale tarde que nunca”, dijo este el portavoz de los republicanos, Isaac Albert.
El Gobierno confía en la abstención de Podemos
Pese a las duras críticas mostradas en público, el Gobierno confía en que Podemos permita que el decreto salga adelante al menos con su abstención. Ya la semana pasada en Moncloa daban por hecho que el embargo lograría el aval del Congreso. Una vez que Junts, que era una pieza más complicada por su posición tibia y equidistante respecto a Israel, ha anunciado su apoyo no ven mimbres para que los de Ione Belarra puedan justificar ante su electorado tumbar la iniciativa.
En Moncloa sostienen que “España es el país del mundo” que más ha hecho por la población palestina, aunque la negociación del decreto de armas se prolongó hasta el último momento porque la versión inicial preparada por los Ministerios de Economía y Exteriores no incluía la prohibición expresa de las escalas de buques que transportaran armamento con destino a Tel Aviv, a pesar de que es una de las cláusulas específicas del Tratado del Comercio de Armas respecto a los embargos. Sumar se quejó y, finalmente, se incluyó un apartado específico.
En el Ejecutivo también tratan de minimizar la tensión con los socios. “Todas las semanas leo titulares de que se van a tumbar leyes y luego salen adelante”, expresa una fuente gubernamental.
Desde Movimiento Sumar, el partido de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, lanzaron este lunes un mensaje velado a los de Ione Belarra. “Esperamos que sus señorías estén a la altura de la votación y del momento histórico que estamos viviendo. Votar en contra del embargo es apoyar a los genocidas, no hay espacio posible para ponerse de perfil”, dijo en una rueda de prensa la coordinadora general de la formación, Lara Hernández.
Podemos no es el único partido que ha expresado sus pegas hacia la medida, pero el resto de las fuerzas que se han mostrado críticas han preferido convalidarla a la espera de poder introducir mejoras si se tramita como proyecto de ley posteriormente. Es una de las cosas que exigió Sumar cuando salió del Consejo de Ministros, después de comprobar que el decreto contenía algunas lagunas. También el Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha avanzado que intentará enmendar el texto en el trámite parlamentario.
Pero fuentes del partido desechan una negociación a posteriori y recuerdan que el Congreso tiene en el cajón todos los proyectos de ley que se aprobaron tramitar después de la convalidación de los decretos en esta legislatura. Lo que quiere Podemos, y así lo ha trasladado en público, es que el Gobierno retire el decreto y apruebe uno nuevo. Pero hasta este martes no desvelará su voto. “Mañana [por este martes] lo comprobarán”, vaticinó su portavoz.