A partir de ahora, las danas más adversas dejarán de ser anónimas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha decidido poner nombre propio a aquellas que puedan causar un gran impacto. No es un gesto simbólico: detrás de esta medida hay una estrategia para cambiar cómo la ciudadanía percibe el riesgo y evitar que cada episodio atmosférico se asocie automáticamente con tragedias. La primera se llamará Alice.
Según explica la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen , las agencias meteorológicas del sur de Europa “han trabajado intensamente” para que las danas con potencial de causar daños sean identificadas con nombre. El objetivo, dice, es “avanzar ese tipo de información y que llegue, que es lo más importante”. En otras palabras, no se tra