La tensión al interior del obradorismo está en sus niveles más altos luego del desaire que vivieron figuras como Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal y Andy López Beltrán ayer domingo en el Zócalo capitalino.

Ubicados como figuras secundarias, volvieron a ser la imagen predilecta de las tribulaciones que atraviesan aquellos que apuran proyectos electorales hacia el 2030. En la misma situación cayeron la dirigente morenista Luisa María Alcalde, enemistada con Andy, y el senador Manuel Velasco, principal interlocutor presidencial en el Partido Verde.

El problema, como deslizan en Palacio, no son sus aspiraciones, visibles y por momentos desbocadas, sino que estas, aparecen por delante de la agenda del Gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum.

El episodio predilecto que afianzó est

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