ENCERRADOS EN SU PROPIO CORRAL

Alfonso Grajales

Ahí estaban, los gallos de la 4T, pero tras la reja. Como si alguien les hubiera dicho “tú, Andy, móchate con tu presencia, pero desde allá atrás”. Y Adán Augusto, que alguna vez se sentía presidenciable, ahora peló gallo del templete para irse directo al corralito VIP, ese que Claudia Sheinbaum dice que “no tiene mensaje político”. ¡Órale! ¿Entonces por qué a los consentidos los sientas adelante y a los incómodos los mandas a la banca? ¿Sorteo? ¿Rifa del tigre?

Ya se sabe que en política, hasta el lugar donde te sientas dice más que un discurso. Y lo de este “corral” en el Zócalo no fue casual. A varios les tocó segunda o tercera fila, pero no por llegar tarde, sino por caer mal. Fue un “hazte pa’ allá” elegante, un “no estorbes la foto”

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