
Úbeda, en la provincia de Jaén, se encuentra al norte de Andalucía y es conocida por su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003 junto con la ciudad vecina de Baeza. Entre sus calles, plazas y edificios, que conservan el estilo del Renacimiento y muestran cómo se planificaban las ciudades en esa época, se encuentra también la construcción histórica del Hospital de Santiago, cuyo diseño le ha llevado a ser conocido por algunos como el “Escorial andaluz”.
Los monumentos de Úbeda, adaptados ahora a otros usos como es el caso del hospital, reflejan la influencia de familias nobles y de órdenes religiosas que también promovieron la construcción de palacios e iglesias entre los siglos XVI y XVII. Al caminar por el casco histórico, se nota la simetría de las plazas, la ubicación de los palacios y la armonía de los edificios religiosos.
Las calles empedradas y las construcciones de distintas alturas crean un entorno ordenado, que invita al paseo y genera espacios donde la gente se encuentra y conversa. La planificación no buscaba solo estética; también servía para ventilar patios y organizar residencias y lugares de culto.
Hospital de Santiago de Úbeda
El Hospital de Santiago se construyó en 1575 en el corazón del casco histórico de Úbeda. Su creación estuvo impulsada por la Orden de Santiago y supervisada por el obispo Diego de los Cobos y Molina, con el objetivo de atender a peregrinos y personas enfermas. La financiación del edificio se realizó mediante donaciones y legados de vecinos, lo que refleja la implicación de la comunidad en proyectos de asistencia social en aquella época. La participación de arquitectos como Andrés de Vandelvira se aprecia en la distribución de los patios y la proporción de las estancias.
El edificio tiene una planta rectangular organizada alrededor de un patio central, que permite la entrada de luz y ventilación a todas las dependencias. La fachada principal es sobria, con torres a los lados y una portada sencilla. En el interior, la capilla combina la función religiosa con la asistencial, y por su diseño se ha comparado con El Escorial, lo que le ha dado el apodo de “Escorial andaluz”.
Durante los siglos XVII y XVIII, el hospital tuvo un papel importante en la asistencia a personas sin recursos. Los registros de la época muestran cómo se gestionaban las donaciones y la atención a los pacientes, evidenciando la adaptación del edificio a los cambios sociales y políticos. La estructura original se ha conservado casi intacta, permitiendo apreciar hoy los detalles propios del Renacimiento andaluz.
En la actualidad, el Hospital de Santiago se ha adaptado a fines culturales y sociales. Alberga exposiciones, conferencias y conciertos, respetando patios, capilla y distribución original. Los visitantes pueden recorrer el edificio histórico y, al mismo tiempo, participar en actividades culturales, manteniendo su relevancia en la vida contemporánea de Úbeda.
Más allá de los edificios, Úbeda sigue viva gracias a sus tradiciones. En plazas y calles se celebran festividades, mercados y encuentros diarios. Pasear por la ciudad se convierte en una experiencia cercana y dinámica. La historia no se percibe como algo lejano, sino como parte de la vida cotidiana.
Además de la Plaza Vázquez de Molina, Úbeda tiene un conjunto importante de edificios históricos. Por toda la ciudad hay nueve construcciones declaradas Monumento Nacional y diecinueve catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC), a los que se suman otros dos inmuebles en su término municipal.
Entre ellos destacan la Sacra Capilla del Salvador y el Palacio de las Cadenas. Ambos muestran el estilo renacentista y permiten entender cómo trabajaron arquitectos como Andrés de Vandelvira. Al recorrer estas plazas y edificios, se puede imaginar cómo se vivía y se rezaba hace siglos.
A poca distancia están la Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares, el Palacio del Deán Ortega y el Palacio del Marqués de Mancera. Se pueden visitar con guías que explican su historia y su importancia. Estos edificios ayudan a comprender la vida de la ciudad en el pasado y preparan al visitante para descubrir el Hospital de Santiago, que combina historia, arquitectura y función social en un solo lugar.