Pensaba en qué momento confesarles el agradecimiento que siento hacia nuestro presidente por haberme empujado hace siete años a vivir por la senda torcida. Su ambición, sin duda grosera y molesta para una amplia mayoría social, me impidió acceder a los perímetros del poder en un momento en que me hubiera venido bastante mal. Supongo que hay algo parecido a una paradoja en que hoy yo pueda entender mejor a las personas gracias a aquella moción de 2018. Que el suceso que le llevó al poder, aunque en último término se haya demostrado desgraciado y divisivo para el país, fue la ocasión en que se nos permitió a algunos madurar a una velocidad de vértigo. Si hoy puedo observar mejor cómo crecen las cosas en el mundo, si puedo escribir y hablar en público como si no me importara nada, es gracias
Una familia de «joseadores»

40