Con una mención explícita a la ausencia en el Parlament de Carles Puigdemont y Lluís Puig, el president Salvador Illa desgranó, en un discurso que duró una hora y 40 minutos, sus prioridades en las cosas del comer y, sobre todo, en abordar una de las principales preocupaciones de los ciudadanos: la emergencia habitacional. Los catalanes dedican más de un tercio de los ingresos familiares a pagar la vivienda y los suministros y el acceso a un piso es uno de los principales factores de desigualdad social. No nos engañemos: el drama habitacional no es nuevo. Se arrastra desde hace ya demasiados años, pero para muchos catalanes, la situación ha llegado al límite.
Solo en Barcelona, más de 40.000 familias están en lista de espera para acceder a una vivienda de protección oficial. Y en la promo