Bien dicen que justicia que no es pronta ni expedita, no es justicia.

Y en el caso de la Guardería ABC, a poco más de dieciséis años de suscitada la tragedia que enlutó a todo un país, la justicia ha llegado a cuentagotas.

Aunado al inmenso dolor de perder a sus hijos, las madres y padres de los menores fallecidos, aun de los lesionados, han tenido que soportar la terrible lentitud con la que las autoridades han actuado, sin distinción de colores en el gobierno en turno.

Los niños de aquel 2009 son ya los adolescentes del 2025, con huellas de dolor imborrables en su cuerpo y en mente, sí, pero para su fortuna, vivos.

49 pequeños no tuvieron esa misma oportunidad.

Este apretadísimo contexto del hecho que cimbró a la sociedad mexicana, viene a cuento porque en menos de una semana ya fue

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