El solo hecho de pensar en un baño público sucio puede generar asco, pero los especialistas coinciden: para la mayoría de las personas sanas, sentarse en el asiento no representa un riesgo importante de contagio .
La profesora Lotti Tajouri, investigadora en Ciencias Biomédicas de la Universidad Bond (Australia), explica que los asientos del inodoro suelen contener menos microbios que las manijas, las canillas o tirar la cadena . “El mayor riesgo está en no lavarse las manos o tocar superficies contaminadas y luego llevarse los dedos a la cara”, advierte.
Según estudios recientes, los verdaderos “puntos críticos” de los baños públicos son las manijas de las puertas, los secadores de aire y los botones de descarga , que acumulan bacterias intestinales y de la piel como E. coli