En Mondiacult 2025, la cultura dejó de ser un simple adorno para convertirse en un pilar político fundamental. La Declaración de Educación y Formación Artística y Cultural, surgida de este encuentro en Barcelona, la reconoce como un derecho inherente y la posiciona en el centro de las decisiones gubernamentales.

Colombia tuvo un rol protagónico en este cambio. Bajo su presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico, Bogotá lideró la Declaración junto a Chile, México y Perú .

Simultáneamente, la impulsó en la CAN, con la participación de Bolivia, Ecuador y Perú. Este compromiso trasciende lo protocolario, ya que al consagrar la cultura como un derecho, los gobiernos se obligan a plasmarla en normativas, presupuestos y mecanismos de evaluación .

Yannai Kadamani, Ministra de las

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