La negociación de la reforma de la ordenanza de civismo y convivencia será uno de los caballos de batalla de los próximos meses en el Ayuntamiento de Barcelona, después de que la aprobación inicial en comisión haya abierto el periodo de presentación de alegaciones de cara a perfilar el texto que finalmente se lleve a votación en un próximo plenario municipal. En este campo de juego, Junts per Barcelona ha presentado una docena de alegaciones que deben servir de base para una negociación con el gobierno municipal del PSC con el objetivo de aprobar una norma que pueda contar con el máximo consenso posible para modificar una ordenanza que fue aprobada en el año 2005 y que ahora ya ha quedado "obsoleta".
En este contexto, Jordi Martí Galbis, presidente del grupo municipal de JuntsX