Se necesita meterse en la piel de quienes un día dejaron de ver para siempre a sus seres queridos, para comprender el dolor y la angustia que han sufrido esas personas durante años, sin saber sí sus padres, esposos, hermanos e hijos, están vivos o muertos.

Nos referimos a una situación que reviste una especial gravedad en nuestro departamento de Nariño, donde las cifras que manejan las autoridades son de 4 mil personas, de quienes no se volvió a saber absolutamente nada, en un territorio como el nuestro que lamentablemente durante años ha sido escenario de cruentos episodios que hacen parte del conflicto armado que nos azota desde hace décadas.

De allí, que consideremos de valiosa importancia, la labor que inició el coordinador territorial de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por D

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