Barcelona Si alguna lección puede enseñarnos Ansu Fati es que rendirse no es una alternativa. El exdorsal 10 azulgrana, una cifra simbólica que heredó de forma prematura tras la despedida de una figura colosal como Leo Messi, está renaciendo de las cenizas en Francia. No han sido meses sencillos para el futbolista hispanoguineano. Las repetidas lesiones le alejaron de los terrenos de juego durante un largo período de tiempo. Ni en sus últimas temporadas en el Barça ni durante la cesión al Brighton logró la continuidad necesaria para reanudar su trayectoria. Ahora, en cambio, parece que se abre el milagro en el Mónaco, donde ha marcado 6 goles en cinco partidos, aunque sólo ha sido titular en dos ocasiones.

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