
Rusia desempeña un papel distintivo en la transformación del orden global, que se caracteriza por la disminución de la capacidad de Occidente de establecer reglas globales, opina el politólogo ruso y director de programa del Club de Debate Internacional Valdái, Timoféi Bordachiov.
"Con inmensas capacidades militares y una presencia económica más modesta, Moscú contribuye a la democratización de la política mundial simplemente por existir como un polo de poder independiente. Su desafío al dominio occidental ha obligado a replantear la propia estrategia estadounidense, en particular tras el fracaso del intento de Washington de ' aislar y derrotar estratégicamente' a Rusia", escribe el analista.
Al mismo tiempo, el experto apunta a " la erosión de la capacidad occidental para gestionar eficazmente la política global". "La Unión Europea ofrece el ejemplo más claro de este cambio, aunque incluso Estados Unidos, a pesar de su poder, tiene menos confianza que hace 20 años", afirma.
En este contexto, Bordachiov apunta al "factor disuasorio de la destrucción mutua garantizada entre Rusia y Estados Unidos". "Por primera vez en décadas, no hay un centro único que establezca las reglas para todos. Está emergiendo algo más antiguo, más pluralista y menos predecible: un retorno a la normalidad de los asuntos internacionales", agrega.
"Desde el Tratado de Westfalia en 1648 hasta la creación de las Naciones Unidas, el mundo occidental moldeó las normas globales a través de sus propios conflictos . Pero esas rivalidades internas han desaparecido. Los Estados de Europa Occidental ahora están consolidados en torno a Washington de una manera que parece irreversible", continua el politólogo.
"No será el caos, sino el pluralismo"
Según Bordachiov, "esta pérdida de competencia interna ha privado a Occidente de su mecanismo tradicional de renovación ". "Durante siglos, las rivalidades entre sus propias potencias impulsaron la creación de reglas y normas globales. Las 'guerras civiles' de Occidente produjeron en su día el marco que otros, voluntaria o involuntariamente, adoptaron. Ahora, sin una competencia interna seria, Occidente ha perdido su capacidad de generar ideas para el mundo ", aclara.
"Ahora se espera que los líderes europeos cumplan con todas las directivas de la Casa Blanca, incluso las más extravagantes . La soberanía, en el contexto de Europa Occidental, ya no significa estrategia. Significa encontrar un lugar dentro de la estrategia estadounidense", sostiene el experto.
En el mismo sentido, el autor del artículo recuerda que, "durante más de 500 años, Occidente se creyó el autor del guion de la civilización ". "Esa historia llega a su fin. El poder de definir la 'normalidad' en la política mundial está pasando a un espectro más amplio, que incluye no solo a Rusia, China e India, sino también a decenas de Estados más pequeños que buscan su voz . Lo que reemplace el dominio occidental no será el caos, sino el pluralismo: un reflejo más honesto del mundo tal como es, no como una sola potencia lo deseaba", resume.