Con una vida marcada por la fe, la familia y una firme vocación, el padre Luis Carlos Lerma Martínez relata cómo fue el camino que lo llevó desde su natal Delicias hasta su reciente nombramiento como obispo de la diócesis de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por disposición del Papa León.

Nacido el 21 de julio de 1962, Lerma comparte que creció en una familia numerosa y profundamente creyente.

“Éramos siete hermanos; ahora quedamos cinco. Mi madre no conoció a todos sus nietos, pero nos dejó los cimientos de la fe”, recuerda.

Destaca que su infancia y adolescencia transcurrieron en un entorno sencillo, donde la parroquia y las actividades comunitarias marcaron sus primeros acercamientos a la vida eclesiástica.

Su vocación comenzó a definirse durante la adolescencia, cuando conoció a dos semina

See Full Page