La sonrisa amplia con sus dientes perfectos, los ojos chispeantes y la quijada amplia y solida. "Son momentos, son decisiones...", la declaración transformada en gambeta a la polémica... El amor por el fútbol. Sí, Miguel Ángel Russo era un hombre de fútbol. Y lo fue hasta el final de sus días, un final tan triste como anunciado que llenó de tristeza a todos aquellos que de más cerca o de más lejos acompañaron su último ciclo en Boca, recuerdan su exitoso paso por la mayoría de los equipos que dirigió o tienen presentes sus batallas en la mitad de la cancha con la camiseta de Estudiantes.

Batallas es un término muy apropiado para Miguelo . Combatió durante 15 años embanderado con el rojo y blanco pincharrata . Cada vez que salía a la cancha dejaba hasta la última gota de sudor para r

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