
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a tensar las relaciones con España y con sus aliados europeos. Durante una comparecencia en el Despacho Oval , el mandatario norteamericano llegó a sugerir que España podría ser expulsada de la OTAN por no cumplir con el compromiso de destinar el 5 % del PIB al gasto en Defensa , cifra acordada por los países miembros en la última cumbre de la Alianza celebrada en La Haya .
En presencia del presidente de Finlandia, Alex Stubb , Trump aprovechó una pregunta sobre la defensa del país nórdico frente a una eventual amenaza rusa para lanzar un nuevo ataque contra Madrid. «Les pedí a todos que gastaran el 5 % del PIB, en vez del 2 %, y muchos dijeron que no iba a pasar. Pero ocurrió de forma casi unánime. Sólo hubo un rezagado: España. España... Tendrán que llamarles y preguntarles por qué no quieren. Y les va bien, curiosamente. Quizás haya que echarlos de la OTAN, francamente» , declaró el presidente estadounidense, ante el incómodo silencio del mandatario finlandés .
Una escalada verbal sin precedentes
La reacción desde la Casa Blanca tomó por sorpresa incluso a los diplomáticos de la Alianza. Hasta ahora, Trump había amenazado en varias ocasiones con retirar a Estados Unidos de la OTAN si los países europeos no incrementaban su gasto militar, pero nunca había planteado abiertamente la expulsión de un Estado miembro concreto .
El mandatario insistió en que España «va bien económicamente» y, por tanto, «no tiene excusa» para no cumplir con los objetivos. Fuentes cercanas al Consejo de Seguridad Nacional aseguran que el comentario de Trump no fue improvisado , sino que refleja una creciente irritación con el Gobierno de Pedro Sánchez , cuya postura en la última cumbre atlántica fue vista como un desafío directo al liderazgo estadounidense.
Madrid responde con calma
Minutos después de las declaraciones, el Ejecutivo español respondió asegurando su «máxima tranquilidad». Según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores , «España es un miembro de pleno derecho, comprometido con la OTAN, y cumple con sus objetivos de capacidad tanto como Estados Unidos» .
Desde Moncloa se ha insistido en que la aportación española a la defensa colectiva no puede medirse solo en gasto militar , sino también en su participación en misiones internacionales, despliegues estratégicos y cooperación tecnológica .
Sin embargo, la afirmación de Trump llega en un momento delicado para el Gobierno, que enfrenta críticas internas y externas por el bajo porcentaje del PIB destinado a Defensa , situado en torno al 1,3 % , muy lejos del nuevo umbral fijado por la Alianza.
El origen del conflicto: la cumbre de La Haya
El desencuentro entre Washington y Madrid se gestó durante la cumbre de la OTAN en La Haya , celebrada en junio de este año. En ella, los líderes aliados acordaron elevar progresivamente el gasto militar hasta el 5 % del PIB para reforzar la seguridad ante el avance de Rusia en el este de Europa.
Trump, que impulsó ese acuerdo con firmeza, elogió a Alemania y Francia por su compromiso , pero arremetió contra España , a la que acusó de «intentar escabullirse» del pacto.
«España intentó no cumplir, pero lo hará; garantizado», había dicho entonces el mandatario republicano, en lo que ya se interpretó como un aviso.
El primer ministro neerlandés y nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte , respaldó las palabras del estadounidense, recordando que «la solidaridad no se negocia» y advirtiendo que «un misil ruso sólo tardaría diez minutos más en llegar a España que al corazón de Europa» .
La posición española: flexibilidad y solidaridad
El Gobierno español ha defendido su modelo de «flexibilidad presupuestaria y compromiso operativo» , argumentando que el esfuerzo en defensa debe medirse no sólo en términos económicos, sino también en capacidad logística, inteligencia y cooperación cibernética.
España participa actualmente en misiones clave de la OTAN en el Báltico, Rumanía y el Mediterráneo , y alberga en Rota y Morón bases estratégicas de la Alianza, lo que —según Exteriores— «demuestra una implicación inequívoca en la seguridad colectiva» .
Aun así, en Bruselas existe preocupación por la falta de consenso interno del Ejecutivo español en torno a las políticas de defensa. Algunos socios de la OTAN consideran que Madrid está intentando redefinir unilateralmente el marco del compromiso alcanzado en La Haya.
Una Alianza bajo presión
Las declaraciones de Trump se producen en un contexto de tensión creciente entre Estados Unidos y varios países europeos , especialmente tras los recientes roces con Francia y Alemania sobre la financiación de la defensa común.
Desde su regreso a la Casa Blanca, el presidente estadounidense ha intentado reconfigurar la OTAN como un bloque más dependiente del gasto nacional de cada miembro , reduciendo la carga económica de Washington y acentuando el principio de reciprocidad .
Sin embargo, analistas en Washington advierten de que una fractura interna entre aliados podría debilitar el frente común ante Rusia y China . En palabras del experto en seguridad Michael O’Hanlon, del Brookings Institution:
«Trump quiere proyectar fortaleza, pero amenazar con expulsar a un país aliado puede generar el efecto contrario: desconfianza y desunión dentro de la Alianza».
Por ahora, ni la OTAN ni la Unión Europea han emitido una reacción oficial ante las palabras del presidente estadounidense. Pero en Bruselas y Madrid se teme que la declaración pueda reabrir una brecha diplomática entre ambos países, justo cuando la Alianza intenta mantener su cohesión frente a Moscú.
Con esta nueva escalada, Trump deja claro que su política exterior se mantendrá basada en la presión directa y el pragmatismo financiero , incluso a costa de poner en entredicho la estabilidad de la organización militar más importante del mundo .