Hablar de la tecnología y su relación con la salud mental es un tema tan vasto que a veces agobia. Siempre parece que falta algo por decir o se duda de lo dicho, pero lo peor es el silencio.
Por eso, abordar esta problemática, que nos atraviesa como humanos desde hace poco más de una década —un fenómeno que está disponible 24/7 al estirar nuestro brazo— es un verdadero desafío que se ha convertido en un foco de interés para quienes buscamos entender la conducta humana y su evolución.
Es indudable el impacto de las redes en nuestras vidas; no hay punto de comparación con el pasado y las respuestas que encontramos mirando hacia atrás suelen ser muy débiles.
Está claro que un uso tan masivo no solo trae consecuencias negativas. Enfocarse solo en lo perjudicial es ver la mitad de la pel