Sin embargo, más allá de este punto, debe reconocerse que cuesta entender —al menos un poco— que la Fed haya decidido recortar tasas y sugiera varios ajustes adicionales en los próximos meses, en un contexto en el que sus miembros elevaron, en promedio, sus proyecciones para 2026 sobre la inflación (de 2.4% a 2.6%) y el crecimiento económico (de 1.6% a 1.8%), mientras redujeron la de la tasa de desempleo (de 4.5% a 4.4%). Algunos podrían argumentar que esta aparente contradicción constituye una primera evidencia de que la Fed comienza a ceder, al menos en parte, a las presiones políticas, en un escenario marcado por crecientes preocupaciones sobre su independencia.
"La Fed comienza a ceder, al menos en parte, a las presiones políticas, en un escenario marcado por crecientes preocupaciones