La imagen del partido fue la desgracia sufrida por Jeremía Recoba, que mientras escapaba del ostracismo y disfrutaba de minutos en dos jornadas seguidas, se lesionaba la rodilla y se marchaba a hombros de dos trabajadores sanitarios. Conmovedor ver cómo desfilaban las lágrimas del joven uruguayo al salir del campo. Fue un mazazo. Y el futbolista no pudo esconder su dolor ni su desesperación.
Fue fortuito. Corría a pelear un balón al espacio en el empate en Granada (0-0) mientras forcejeaba con un defensor y cayó al césped. De ahí ya no se pudo levantar sin ayuda. Kirian y Amatucci intentaron consolar a la perla procedente de Nacional, y por el que la UDLas Palmas pagó un millón de euros el pasado verano. Saltó al campo en el minuto 57 y se marchó en el 77.
El equipo amarillo regresa es