Pamela Gwinnett , de 62 años, fue declarada culpable en el Preston Crown Court por un elaborado esquema de fraude contra Joan Green , una anciana de 89 años a quien despojó de casi 300.000 euros . Tras ser condenada en ausencia a seis años de prisión , la acusada huyó a Tenerife , lo que ha motivado una orden de extradición internacional .

La investigación reveló un meticuloso plan de aislamiento y explotación sistemática . La magistrada Michael Maher describió la estrategia como una infiltración calculada en la vida de la víctima, tratándola como una " vaca lechera " para beneficio personal.

Durante la pandemia, Gwinnett manipuló el entorno de Joan Green, trasladándola entre residencias y su domicilio, cerrando accesos con candados , interrumpiendo comunicaciones y

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