**El legado eterno de Miguel Ángel Russo en el fútbol**

El fútbol argentino se encuentra de luto tras la muerte de Miguel Ángel Russo, un entrenador querido y respetado, quien falleció el 8 de octubre a los 69 años tras una larga batalla contra el cáncer. Su partida ha dejado una profunda huella en el deporte, y su legado fue recordado por jugadores y aficionados en todo el país.

Giovani Lo Celso, tras anotar el único gol en la victoria de Argentina sobre Venezuela, dedicó su anotación a Russo. "Estos días fueron muy emotivos por la partida de Miguel", expresó el centrocampista. Lo Celso destacó que la muerte de Russo afectó a todo el mundo del fútbol, subrayando que "dejó un legado muy grande en todos los clubes por los que pasó".

El velorio de Russo se llevó a cabo en la Bombonera, donde miles de hinchas se acercaron para rendir homenaje. Desde las 10 de la mañana hasta las 22, el hall central de Brandsen 805 se llenó de camisetas, flores y banderas. El ingreso fue ordenado, respetando la intimidad de la familia. Su esposa, hijos y exfutbolistas como Juan Román Riquelme estuvieron presentes, recordando su impacto en el fútbol y en la vida de quienes lo conocieron. Riquelme, visiblemente emocionado, comentó: "Nos enseñó a todos a ser mejores personas antes que futbolistas".

El cortejo fúnebre, cubierto con una bandera azul y oro, fue acompañado por aplausos y cánticos mientras salía de la Bombonera. Hinchas de diferentes clubes, incluyendo River Plate, enviaron coronas de flores, reflejando el respeto que Russo generó más allá de las rivalidades.

Gonzalo Belloso, presidente de Rosario Central, donde Russo dejó una marca imborrable, aseguró que se cumplirá su deseo de ser cremado y que sus cenizas sean esparcidas en el Gigante de Arroyito. Belloso compartió un momento conmovedor de los últimos instantes de vida de Russo, describiendo cómo, al fallecer, "bajó el sol, fue como mágico".

Su hijo Ignacio, delantero de Tigre, también participó del velorio y luego viajó a Rosario para jugar un partido, afirmando: "Voy a jugar por él". A lo largo de su carrera, que abarcó más de cuatro décadas, Russo dirigió a varios clubes en Argentina y en el extranjero, dejando una huella de trabajo y decencia. Su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que lo conocieron y lo admiraron en el mundo del fútbol.