El agua es la esencia misma de la vida en nuestro planeta. No solo sostiene a los seres humanos, sino que también es el pilar que permite el florecimiento de la biodiversidad. Desde los minúsculos microorganismos hasta las majestuosas selvas y los grandes mamíferos, todos dependemos de ella.
Según World Wild Life , los ecosistemas de agua dulce como ríos, lagos y humedales son esenciales para la seguridad alimentaria, la salud pública y nuestra economía global.
Además, estos ecosistemas actúan como “depósitos” vitales, regulando el clima, secuestrando carbono y mitigando inundaciones.
Los humedales también cumplen un papel crucial: son hábitats biodiversos y filtros naturales que eliminan contaminantes. En los Estados Unidos, a pesar de ocupar apenas el 5% del territorio, los hume