La peregrinación de la Virgen de Candelaria ya afronta su último tramo, el de mayor boato, después de haber llegado al populoso barrio de García Escámez y a Los Gladiolos, en Santa Cruz. En esta última cita fue protagonista la situación migratoria que afecta a Canarias.
Esta problemática se hizo presente de la mano de un grupo de jóvenes que atiende y acoge la Fundación Buen Samaritano desde hace casi 18 años y, en particular, del sacerdote José Hernández, más conocido como Pepe, el cura de Añaza, que simultanea aquel templo y el de San Alfonso María de Ligorio, en Los Gladiolos. Ayer seguía en el recuerdo de algunos feligreses que justo el día de la peregrinación de 2018 falleció el anterior párroco, Cristóbal Rafael Pérez Vega.
Vivencias de migrantes
Justo frente a la iglesia, s