Es una de las experiencias más comunes y universales: pasar un rato largo en la pileta, el mar o la bañera y notar cómo las yemas de los dedos se arrugan y adquieren un aspecto similar al de una pasa. Durante años, la creencia popular sostuvo que esto ocurría simplemente porque la piel "absorbía" el exceso de agua y se hinchaba. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que la explicación es mucho más fascinante y compleja.
Según explica el sitio de divulgación "Enséñame de Ciencia" , este fenómeno no es un proceso pasivo de absorción, sino una reacción activa y controlada por el sistema nervioso .
Un "modo antideslizante" natural
Lejos de ser una simple consecuencia de la humedad, el arrugamiento de los dedos es un reflejo biológico con una posible ventaja evolutiva. El mecanismo es el