¿Estás cansado de que la lechuga se marchite a pocos días de haberla comprado? No eres el único. La principal razón por la que se pone fea es por la humedad excesiva. El agua es responsable de que las hojas pierdan su firmeza y se pongan blandas, acelerando su descomposición.

Por suerte, existe un truco para mantener la lechuga crujiente por más tiempo, y solo necesitas papel de cocina y un recipiente hermético. Sigue estos pasos para olvidarte de desperdiciar de hojas verdes.

¿Cómo aplicar este método paso a paso?

Incluso después de lavarla y secarla, la lechuga sigue liberando humedad que se acumula y crea un ambiente ideal para que se marchite. La clave de este truco es que el papel de cocina ayuda a absorber esa humedad, manteniendo las hojas secas.

Además, el recipiente hermético

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