Los antioqueños a los que la guerra entre grupos ilegales los está encerrando en sus territorios se cuentan por miles y están aumentando. Así se desprende del más reciente informe de calidad de vida publicado por el programa Antioquia Cómo Vamos, en el que se denunció cómo el flagelo del confinamiento se disparó un preocupante 557% entre 2023 y 2024.
Las señales no son buenas. Al tiempo que en múltiples subregiones y departamentos vecinos la disputa territorial entre armados se intensifica, dichas estructuras se muestran cada vez más fortalecidas y empoderadas para imponer restricciones a la movilidad, apretar con extorsiones y hasta imponer códigos de vestimenta a la población civil.
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