La destitución de Dina Boluarte marca un nuevo capítulo en la larga crisis política que atraviesa el país andino. En un juicio político relámpago, el Congreso declaró su “permanente incapacidad moral” y aprobó su salida con 122 votos a favor, lo que dio por concluido un gobierno que había perdido todo respaldo político y social.

La salida de Boluarte, a seis meses de las elecciones generales, deja al país en manos del congresista José Jerí —hasta el viernes presidente del Legislativo— y abre paso a un nuevo interinato en medio de una creciente fatiga democrática. Su caída, marcada por los escándalos de corrupción, el aumento de la inseguridad y el desgaste de su alianza con las bancadas conservadoras, vuelve a poner en evidencia la fragilidad institucional de un país donde ningún presiden

See Full Page