Zaragoza se ha vestido de gala para cubrir con flores a la Virgen del Pilar. Las emociones afloran y se multiplican durante el paseo que les lleva hasta el Pilar. Cada oferente esconde una historia diferente con un mismo hilo conductor: el sentimiento y la devoción que sienten por su patrona . “Si pudiera hablar con ella le diría que ¡viva la Virgen del Pilar!”, apunta Pilar , que ha acudido a la ofrenda con su madre y su hija junto al grupo del Mercado Central.
Son tres generaciones distintas unidas por una misma pasión: la Virgen. “Para mi familia es un momento especial, cargado de emoción”, explica. Se viste desde que nació y tiene tantos recuerdos que es complicado resumirlo en uno, incluso alguno triste que se guarda para ella .
Ariadna se ha desplazado, como todos los años,