Redacción /Sol Veracruz

En Veracruz, la ayuda humanitaria parece seguir la misma lógica que una campaña publicitaria: primero la foto, luego la realidad… si es que llega. Mientras Rocío Nahle publica orgullosa en sus redes sociales la instauración de un “puente aéreo” para Ilamatlán y Zontecomatlán, la gente en el terreno se las arregla como puede , improvisando helipuertos con cal y buscando entre el lodo lo que queda de sus pertenencias.

En Ilamatlán, la corriente del río arrasó con todo: puentes, caminos y, aparentemente, la atención gubernamental. Fueron los migrantes veracruzanos en Estados Unidos quienes, hartos de esperar, reunieron dinero para rentar un helicóptero y llevar ayuda a sus propios familiares. No, no fue la administración estatal ni federal la que respondió; fue

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