La monumental tromba de agua que colapsó Eivissa hace apenas unas semanas puso a prueba a las administraciones a la hora de dar respuesta a fenómenos meteorológicos adversos de grandes proporciones, poco frecuentes hasta hace unos años, pero con los que tendremos que acostumbrarnos a convivir en el futuro. La fuerza del agua dañó infraestructuras, colapsó las principales vías de acceso a la ciudad y dejó anegados comercios y garajes, pero no hubo que lamentar daños personales, a excepción de dos turistas que resultaron heridos leves.
Rápida respuesta del Govern.
Las inundaciones en Eivissa fueron la primera dana, con alerta roja meteorológica que vivieron las Islas desde la catástrofe de Valencia de hace un año. Sin la intensidad de la de hace unos días, este fin de semana se ha vivido e