En los perros tenemos más o menos claro que un chihuahueño puede llegar a los 18 años mientras que un dogo alemán, con suerte, alcanza los 10. Pero con los gatos, la cuestión no ha estado tan clara ni tan presente, tal vez porque, a diferencia de los perros, los gatos llevan poco tiempo compartiendo techo de forma estrecha con nosotros. Durante siglos han estado viviendo en las cuadras, los patios, garajes y en las calles, en estado semilibre más que como compañeros domésticos. Solo en el siglo XX, y de forma masiva en el XXI, hemos empezado a descubrir hasta dónde puede llegar realmente la vida de un gato cuando cuenta con atención veterinaria, nutrición de calidad y un entorno seguro.
Y ese cambio lo ha transformado todo. Las estadísticas más recientes sitúan la esperanza de vida media