“¡Mirá quién vino, el gordo!”, exclama el argentino Eitan Horn , emocionado de ver a su hermano Iair, mientras lo abraza, en el Centro Médico Sourasky, de Tel Aviv, la capital de Israel

Y escucha a su madre Ruthy, que les pide, también en perfecto castellano: “abrácense juntos, que quiero esa foto”, mientras mira con lágrimas en los ojos a sus hijos Iair y Eitan que se abrazan efusivamente, luego de la liberación de Eitan, este lunes por la mañana.

"¡Mirá quien vino, Ruthy!", vuelve a decir Eitan. Y se funde en un abrazo con su madre, Ruthy Chmiel Strum, quien exclama, entre sollozos, “Ay, Eitu, Eitu, en casa, en casa”.

Ese diálogo en perfecto castellano, que puede verse en el video que ilustra esta nota, fue la imagen del reencuentro de la familia argentina de Eitan Horn, luego de

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