A solo unos minutos de Santillana del Mar y Comillas , en un valle rodeado de montañas y atravesado por tres arroyos que desembocan en Toñanes, se encuentra Novales , capital del municipio de Alfoz de Lloredo . Este pueblo cántabro, que parece trasladado del sur, fue elegido en 2005 como el más bonito de Cantabria , y basta una visita para entender por qué.

Conocido cariñosamente como “la pequeña Murcia” , Novales combina la calma rural del norte con un sorprendente microclima mediterráneo que permite el cultivo de cítricos durante todo el año. Sus limoneros, que crecen no solo en los huertos, sino también en las calles, plazas y puertas de las casas , dan al pueblo una estampa única que desconcierta y enamora a partes iguales.

El limón, símbolo y fiesta

En Novales, los limoneros no son un adorno: son símbolo de identidad . Tanto es así que cada primavera se celebra la Fiesta del Limón , declarada de Interés Turístico Regional .

Durante estos días, las calles se llenan de color, de puestos de productos locales, talleres, música y degustaciones. Los vecinos decoran las fachadas con guirnaldas amarillas y los visitantes descubren una villa que vibra al ritmo de su fruto estrella.

En los últimos años también se celebra la iniciativa “Limones Solidarios” , un evento que surgió para combatir el desempleo local y que hoy se ha convertido en un ejemplo de compromiso comunitario y sostenibilidad.

Entre casonas, historia y arte

Más allá de sus limoneros, Novales conserva un patrimonio arquitectónico notable , fruto de su pasado señorial. En su trazado destacan edificios como la Casa de los Cossío , el Palacio de la Isla —del siglo XVI y con una capilla atribuida al maestro Felipe de Orna y Rubalcaba—, o la Casa de Don Eugenio Ceballos , cuna del fundador de la ciudad californiana de Santa Bárbara .

La iglesia de Santa María de la Asunción , joya renacentista del siglo XVI, se impone con su torre de campana coronada por una singular cúpula de forja. En su interior guarda retablos de gran valor artístico, mientras que su entorno, entre arroyos y prados, invita a la contemplación.

Otros puntos de interés son el Asilo de San José , de estilo historicista, el Monumento al Zapatero , que rinde homenaje a un oficio tradicional de la zona, y La Acebosa , el antiguo lavadero y fuente que se han restaurado como núcleo etnográfico en pleno centro del pueblo.

Huellas mineras y cuevas prehistóricas

Hasta los años noventa, Novales tuvo una intensa actividad minera . De aquella época quedan vestigios como las minas de San José y La Emilia , junto a un monumento que homenajea a los mineros que trabajaron durante décadas bajo tierra.

A las afueras del pueblo, bajo el Monte Cildad , se alza la ermita de San Millán , donde se guarda el Cristo crucificado que protagoniza la procesión de Semana Santa. Y muy cerca se encuentra otro tesoro: la Cueva de las Aguas , una cavidad con arte rupestre paleolítico y restos que datan del Magdaleniense , repleta de estalactitas y estalagmitas que reflejan el paso del tiempo en el corazón de la roca.

Un lugar que huele a limón y suena a agua

Novales es un destino pequeño, pero con alma grande. Un lugar donde la tradición rural convive con la historia y la naturaleza , donde los limones crecen al sol del norte y los vecinos saludan con la misma calidez que el clima.

Pasear por sus calles es dejarse envolver por el aroma cítrico, el rumor del agua y la sensación de estar en un rincón fuera del tiempo. Porque en Novales, el norte también tiene sabor a sur .