
El plan de última hora de Donald Trump de invitar a Benjamín Netanyahu a la cumbre multinacional sobre Gaza en Egipto tuvo que ser abortado después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijera que no aterrizaría su avión en Sharm el Sheij si se mantenía la invitación.
La lucha de poder en pleno vuelo comenzó después de que se anunciara que el primer ministro israelí había aceptado una invitación de última hora de Trump para asistir a la conferencia copresidida por el presidente estadounidense y su homólogo egipcio, Abdelfatah al Sisi, en Egipto.
Al parecer, la presencia de Netanyahu en la cumbre de Sharm el Sheij había sido confirmada por Trump en una llamada telefónica desde Israel el lunes por la mañana con Al Sisi.
No está claro si la negativa de Erdogan a aterrizar para la cumbre fue la causa de que Netanyahu cambiara sus planes, pero se sabe que habló con Al Sisi para plantearle sus objeciones desde su avión mientras sobrevolaba Egipto.
Una declaración de la oficina del primer ministro israelí dijo: “El primer ministro Netanyahu fue invitado por el presidente estadounidense Trump a participar en una conferencia que se celebra hoy en Egipto. El primer ministro agradeció al presidente Trump su invitación, pero afirmó que no podría asistir debido a la proximidad del evento al inicio de las vacaciones (en referencia al inicio del Simjat Torá, el último día del periodo festivo judío del Sucot, que comenzói al atardecer de este lunes y concluye al atardecer del martes)”.
Las figuras de la extrema derecha del Gobierno de coalición de Netanyahu también habían amenazado con dimitir si él asistía a la conferencia.
Una presencia polémica
La Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de arresto contra Netanyahu por presuntos crímenes de guerra en Gaza y, aunque Egipto no es signatario del tribunal, su presencia en la cumbre habría sido controvertida, en particular entre los Estados árabes que no han normalizado sus relaciones con Israel. Una treintena de líderes mundiales asistieron a la cumbre, organizada apresuradamente.
La polémica sobre la presencia de Netanyahu demuestra lo difícil que será para algunos países musulmanes normalizar las relaciones con Israel tal y como desea Trump.
Las imágenes de Erdogan negociando con Netanyahu o estrechándole la mano al líder israelí habrían sido desastrosas para el líder turco a nivel nacional, y también habrían suscitado dudas sobre el papel que Ankara tiene previsto desempeñar en la fuerza internacional de estabilización que se encargará de la seguridad en Gaza. Erdogan ha calificado en repetidas ocasiones las acciones de Israel en Gaza como genocidio.