En las calles fangosas de Poza Rica, Veracruz, María López camina con el agua hasta las rodillas, cargando a su hijo pequeño en brazos mientras busca un refugio seco. «Perdimos todo en una noche», murmura, con la voz quebrada por el cansancio y la desesperación. Como ella, miles de familias en estados como Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí enfrentan las secuelas de las lluvias torrenciales que azotaron México entre el 6 y el 9 de octubre de 2025. Más de 64 muertos, 65 desaparecidos y comunidades enteras sumergidas bajo el lodo: esta es la cruda realidad de un país vulnerable ante la furia de la naturaleza. Las inundaciones han transformado pueblos vibrantes en paisajes desolados, con ríos desbordados arrasando hogares, cultivos y esperanzas.

La respuesta de las autori

See Full Page