Las normas y sus certificaciones permiten identificar productos que reducen el uso de agua y garantizan un consumo mínimo eficiente.

La escasez de agua, exacerbada por el cambio climático y el crecimiento urbano desordenado, obliga a México a repensar cada litro utilizado. Si bien la atención pública se centra a menudo en las grandes fugas de la red de distribución o en el uso agrícola e industrial, la batalla más silenciosa por la eficiencia se libra dentro de nuestros hogares.

La regadera, el inodoro y la grifería son elementos cotidianos donde se define una parte crucial del futuro hídrico nacional. La clave para transformar estos puntos de consumo en aliados de la sustentabilidad reside en una medida de cumplimiento obligatorio y control de calidad: la certificación de los productos

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