La inteligencia artificial generativa ya está aquí, y sus efectos son de todo menos utópicos. Lejos de las promesas de un mundo mejor, lo que está generando es una confusión digital sin precedentes . La línea que separa la verdad de la mentira se ha vuelto peligrosamente borrosa, inundando la red con contenidos sintéticos que amenazan la confianza y la estabilidad social en todo el mundo.
De hecho, el impacto de estas tecnologías va más allá de lo colectivo y se adentra en el terreno más íntimo. Los asistentes conversacionales, los populares «chatbots», están dejando un rastro de problemas muy tangibles en la vida de la gente . Se han documentado casos que van desde la pérdida de empleos hasta divorcios, pasando por graves crisis personales derivadas de una interacción intensiva con e