Por Fulvio Eccardi*
Alianza Mexicana de Fotografía para la Conservación*
La ballena gris, esa viajera milenaria que durante siglos dibujó con su lomo las costas del Pacífico Norteamericano y encendió la imaginación de pueblos y turistas, aparece hoy en los márgenes de una crisis que pocos imaginaron volvería.
Lo que comenzó como señales aisladas —hembras sin crías, individuos flacos, varamientos esporádicos— se transformó en un patrón inquietante: mortalidades anómalas, una caída sostenida de la reproducción y un desplome poblacional que ha reducido a la especie de unos 27,000 ejemplares a poco más de la mitad en menos de una década. Así lo documentan los investigadores James Darling (Canadá), Jorge Urbán (México) y Steven Swartz (Estados Unidos) en una carta y un artículo recién public