El crujido de un pedazo de cerro desprendiéndose despertó a Cira González de madrugada. Sobrevivió, pero su casa podría venirse abajo en cualquier momento tras las mortales lluvias que golpean a México.

No es su única preocupación. Empleada de limpieza, González sufre además la escasez de alimento, agua potable y electricidad en San Bartolo Tutotepec, un empobrecido pueblo del estado de Hidalgo (centro).

«Sentimos que ya la tierra se sumía», cuenta la mujer de 44 años a la AFP frente a su casa de madera y lámina, enclavada en las montañas de una de las regiones más afectadas por las lluvias, que dejan al menos 64 muertos y miles de damnificados.

González salió corriendo con su hija de 14 años mientras alumbraba con una linterna el camino enlodado. «Se escuchaban las piedras cómo caían a

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