Jerusalén— El presidente Donald Trump aterrizó en Israel el lunes por la mañana minutos después de que el primero de 20 rehenes fuera liberado por Hamas, y pasó el día disfrutando del aplauso de un país que le da crédito a él, más que al primer ministro Benjamin Netanyahu, por las alegres reuniones familiares y un alto al fuego después de dos años de guerra.

Trump aprovechó el momento para decirle al Knesset, el parlamento de Israel, que este es “no sólo el fin de una guerra, este es el fin de la era del terror y la muerte”. Usando una frase que otros presidentes han alcanzado –y a menudo han sido decepcionados– agregó: “Este es el amanecer histórico de un nuevo Medio Oriente”.

Luego viajó a Egipto, donde docenas de líderes mundiales esperaban su llegada para una “cumbre de paz” que ofre

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