Benjamin Netanyahu ha dejado de ser Bibi , muy en boga en los bares de moda clandestinos y caros, los speakeasy de Barcelona, donde se habla bajito y señoreado en contra de la supuesta España antisemita defensora de la Gaza ensangrentada. España es cualquier cosa menos antisemita, como no sea el país de Vox, Ayuso y Orriols , propensos a la doble negación: denuncian el antisemitismo de la izquierda, desde la bancada del Generalato -faro de Occidente y luz de Trento- frente al contubernio judeo-masónico de los rojos.
Ahora, afortunadamente, ya se habla mal de Bibi en todas partes, incluso en Sharm el-Sheij, a orillas del Mar Rojo, donde se ha firmado una paz endeble en la que los 67.000 gazatíes masacrados son el precio de la redención de Palestina . Aquí, Bibi tiene seguidore